¿QUÉ TE MUEVE?

¿QUÉ TE MUEVE?

¿ Cuántas veces has dejado de pedir un favor a alguien por vergüenza o reparo, si no miedo ante su reacción? ¿ Cuántas te has puesto el mundo por montera y, sin pensarlo mucho, has pedido lo que haya sido para conseguir tu propósito? ¿ Qué diferencia hay entre unas y otras? ¿Qué pasó en las segundas que no sucedió en las primeras? ¿ Qué ocurrió en las primeras y no en las segundas?

Seguro que ya has identificado situaciones de los dos tipos. Si es así, ¡enhorabuena! Ahora tienes la posibilidad de reflexionar sobre ello y, tal vez,  mirarlo desde otra perspectiva y cambiar algo.

Aunque las respuestas a todas esas preguntas quien las tiene eres tú, quizá te ayude saber que es la motivación lo que nos hace sobrepasar nuestros propios límites o quedarnos bloqueados por ellos.

Y, ¿ qué es eso de la motivación? Proviene del latín “motivus”, que es “causa del movimiento”. Tomando esto por cierto, y lo es, resulta mucho más fácil tomar la decisión de actuar o de quedarse quieto, y además, quedarse en paz con uno mismo, sin fustigarse por no haber hecho lo contrario a lo que hemos decidido.

Por otro lado, tomar conciencia de esto, desmonta directamente el recurso tan humano y tan recurrente de echarle la culpa bondadosamente a los demás. Es decir, ya no cabe aquello de “no lo hice porque pensé que ella/él me iba a decir…., iba a creer…., se iba a sentir…, etc. Es más honesto y humilde, aunque cuesta, reconocer que la causa de tu movimiento (tu motivación) no era lo suficientemente fuerte, necesaria, atrayente o gratificante como para atreverte a dar el paso y salir de tu zona de confort, donde no arriesgas nada pero sí vas quedándole atrapado.

shutterstock_65527888 (2)

Hoy no pretendo entrar a hablaros de lo que se conoce como área o zona de confort, porque no es ese el objetivo de este post, y se merece, como mínimo, un monográfico.

Sencillamente, os invito a reflexionar cinco minutos sobre lo que os he contado, y que cada uno saque sus propias conclusiones. Espero que os ayude; a mí me sirvió para empezar a dejar de esconderme en mis propios argumentos limitantes que, hasta ese momento me habían resultado muy convincentes.

Me encantaría que me hicieses llegar tus comentarios.  ¡Hasta el próximo jueves!

Begoña Poza.


Últimos Posts