Dilema: ¿fiesta o bebé?

Dilema: ¿fiesta o bebé?

mama bebéEste fin de semana coincidí en las fiestas del pueblo de una amiga con una mamá primeriza que tenía el corazón “partío” pasar la noche cantando, bailando y bebiendo lo que le apeteciera, o subirse a casa a una hora prudente con su bebé de seis meses.

Hasta donde yo presencié, había optado por dejar a la niña al cuidado de la abuela paterna y subir ella a ratitos a verla y darle las tomas nocturnas. Su cara de felicidad cuando “se escapó” la primera vez, riendo, saltando y con un botellín en la mano reflejaban su reencuentro con la mujer que lleva dentro, con su libertad. Todo esto me hizo reflexionar mucho, me trajo tantos recuerdos……….

La maternidad, posiblemente, es el mayor acto de amor que hace una mujer en su vida. Fíjate si tiene que sentir un amor profundo e incondicional una persona para estar dispuesta a vivir una transformación de su cuerpo y su estado de ánimo tan radical (que no siempre vuelve a sus condiciones de origen), no poder comer o hacer todo lo que quiera en cada momento, dar a luz con o sin epidural, parto natural o cesárea, montaña rusa emocional, noches en vela entre tomas, gases, cambios de pañal, miedos dudas, inexperiencia, ……, y esto es sólo la punta del iceberg.

mamiEn cuestión de nueve meses la vida de una mujer da un giro de 180º y, pese a todo, sólo tiene ojos y palabras preciosas para su bebé, se deshace en amor con él.

Sin embargo, toda esa dedicación implica algunos sacrificios personales para los que no siempre se está preparada. De repente surgen pensamientos como: “me encanta estar con mi bebé, cuidarle y darle mi amor, y además me apetece arreglarme y salir una noche despreocupada de todo y pasarlo bien hasta que el cuerpo me lo permita”; “quiero estar con mi bebé y además necesito dedicarme a mí algo de tiempo y abandonarme a mis necesidades”; “me apetece pasar el día con mi marido, pero siento que abandono a mi bebé”.  Y todo esto sin meternos en la presión social, en lo que dirán o pensarán los demás de lo que haga o diga.

Aunque la palabra abandono sólo ha salido en el último pensamiento, lo cierto es que el trasfondo de estos dilemas está impregnado de ese sentimiento de abandono de la mamá al hijo, de culpa por pensar en sí misma. Conozco a muchas mamás que han renunciado a todo lo demás porque era superior la culpabilidad que el disfrute cuando se permitían hacer algo diferente a estar con sus bebés.

Es lógico que aparezcan este tipo de sentimientos, pues durante nueve meses la criatura va con nosotras a todas partes y se genera el mayor y más poderoso vínculo que existe entre las personas humanas. Además el bebé es absolutamente  dependiente, necesita estar y sentir a su mamá, y es una cuestión de tiempo aprender a gestionar esta interdependencia.

No se es mejor ni peor madre por: estar todo el día con el bebé, o salir de vez en cuando y dejarle a cargo de una persona de nuestra confianza, o sentir que le abandonamos si no estamos las 24 horas del día pendientes de él, o no tener sentimiento de abandono y sí necesidad de disfrutar de otra forma u otras cosas, o delegar en el papá algunas tareas relativas a su hijo, o alimentarle con biberones…..

 fiesta mamá

Lo importante, sí o sí, es hacer lo que sintamos o necesitemos, y nos dejemos llevar y disfrutar nuestra decisión, sea la que sea. Estará perfecta para cada mamá su postura si la toma desde la libertad y el amor a sí misma y a los demás.

Y si la decisión es estar subiendo y bajando de casa a la fiesta y de la fiesta a casa para sentirse bien y hacer lo que a una le apetece, pues ¡adelante con ello! ¡Bravo por ti, María!

¡Hasta la próxima semana! ¡Vive y disfruta!

Begoña Poza Navarro.

 


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