EL ÉXITO DE NIÑOS QUE EXPRESAN SUS EMOCIONES

EL ÉXITO DE NIÑOS QUE EXPRESAN SUS EMOCIONES

Cuando empecé a trabajar con niños y adolescentes tanto en Coaching Familiar y Educativo, como en clases de Educación Emocional, una de las cosas que más me sorprendieron era la dificultad que mostraban, por regla general, para describir lo que sentían.

A menudo, les preguntaba “¿cómo te sientes?”. Quería que empezaran a expresar sus emociones y estados anímicos.

La expresión por antonomasia era “no sé”, e iba unida a risas nerviosas, vergüenza, incomodidad, rubor de mejillas y alguna que otra “gracieta” para distraer la atención. Otros, aprovechaban la respuesta del compañero anterior tipo “contento”, y así cubrían el expediente …., o eso creían.

Me di cuenta de la limitación tan grande que suponía no poder expresar su sentir, y no saber reconocer con fluidez la emoción que les estaba invadiendo como un torrente en un momento dado.

Les expliqué que las emociones vienen acompañadas de reacciones fisiológicas que no podemos controlar, y que nos pueden ayudar a identificar a aquellas, tales como: sudoración, cambios de temperatura, alteración en la presión sanguínea, etc. A través de ejercicios de interpretación, practicamos una y otra vez con diferentes emociones, y en muy poco tiempo se vieron los primeros resultados.

Este fue el primer paso para empezar a hablar en un nuevo lenguaje que poco a poco les permitió comprenderse mejor a sí mismos y sentirse sentidos por los demás.
Curiosamente, se sentían más empoderados y menos vulnerables, pues era más fácil cambiar su sentir sabiendo qué les ocurría, que luchar por no sentir algo que desconocían y rechazaban de sí mismos.

Este es un trabajo que realizamos con los niños y adolescentes en el aula o en consulta, y es genial. Ahora queda el paso de integrarlo en el ámbito familiar, tomarlo como algo saludable, como puede ser comer vegetales, hacer ejercicio físico o dormir.

Al igual que les enseñamos a exteriorizar lo que necesitan desde chiquitines en términos físicos (alimentación, higiene, temperatura, ayuda), debemos ocuparnos del plano emocional. Para ello, lógicamente, padres y profesores, los educadores en general, deben aprender a gestionar sus emociones de forma sana, y así colaborar en la prevención de algunos problemas de conducta en adolescentes.

Esta es una asignatura pendiente para muchos padres y madres que aún podéis aprobar, ¡y con nota!

Si os interesa el tema y deseáis obtener más información, enviadnos un correo a hola@esdefamilia.com


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